martes, 27 de octubre de 2015

WILLIAM BLAKE Y EL MATRIMONIO ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO



Sin lugar a dudas, el británico William Blake ha pasado a la historia como uno de los artistas más excepcionales y singulares de los últimos siglos. Blake fue uno de esos personajes adelantados a su tiempo, incomprendidos y despreciados por la mayoría de sus contemporáneos, a pesar de la indudable calidad artística de sus poemas y grabados. Fue considerado un personaje excéntrico, y no tuvo la oportunidad de disfrutar del éxito y el reconocimiento de su arte, lo que le llevó siempre a vivir en el umbral de la pobreza.

Por otra parte, y esta es la faceta que más nos interesa en ARTS SECRETA, Blake constituye un magnífico ejemplo de cómo las creencias esotéricas suponen, en ocasiones, una influencia determinante en la creación artística de un genio. En este sentido, el brillante artista británico encarna lo que podríamos llamar el prototipo de «artista-mago», pues no en vano sus visiones sobrenaturales, sus peculiares creencias religiosas y su interés por la mitología y el ocultismo, posibilitaron que hoy podamos disfrutar de algunas de las obras más hermosas, sugerentes e inquietantes de toda la historia del arte.

La pintura de Blake, basada en visiones fantásticas de rico simbolismo, tiene cierta influencia de Miguel Ángel, por la musculatura de sus figuras y los escorzos a los que las somete. Aplicó su arte pictórico para ilustrar tanto composiciones propias como ajenas: el Paraíso perdido de Milton (una de sus obras favoritas), o Las noches, de Edward Young. La relación que hay entre los poemas y las ilustraciones es compleja y exige imaginación por parte del lector, ya que se basa no tanto en el tema del poema en sí como en la sensación que este transmite.

Blake aborrecía la esclavitud y creía en la igualdad sexual y racial. Varios de sus poemas y pinturas expresan una noción de humanidad universal. Conservó un interés activo en los acontecimientos sociales y políticos durante toda su vida, aunque a menudo se vio forzado a disimular el idealismo social y transformar las declaraciones políticas en alegorías místicas protestantes. Blake rechazó toda forma de autoridad impuesta: de hecho, fue acusado por asalto y por pronunciar expresiones sediciosas y de traición contra el Rey en 1803 pero fue absuelto de estos cargos en las sesiones de Chichester.

William Blake murió en 1827 y fue enterrado en una tumba sin nombrar, en Bunhill Fields, Londres. Un monumento fue erigido para él y su esposa. Su vida se podría resumir en su declaración: «La imaginación no es un estado: es la existencia humana en sí misma». Blake ha sido reconocido como santo por la Ecclesia Gnostica Catholica. El premio Blake para arte religioso fue establecido en Australia en 1949, en su honor.


Adán y Eva



Caín y Abel



El sueño de Jacob



El anciano de los días



El creador de Adam



El diablo



El fantasma de una pulga



El infierno de Dante



El libro de Job



Infierno



La verdad



Newtom



Meditación







Tres continentes



Visiones de la hija de Albión



La tentación






Nabucodonosor









El alquimista

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