Con una gran fama, aunque muy polémico en su país, Odd Nerdrum nacido el 8 de abril de 1944 en Helsingborg, Suecia. Es un artista con una
clara y notoria influencia del tenebrismo, más concretamente de Caravaggio y
Rembrandt.
Es un pintor que no se considera artista y que siempre ha
huido de la modernidad porque para él es un arte que representa, aunque se
afirme lo contrario, lo reaccionario. Pero curiosamente el pintor se ha
convertido en un referente de un estilo alternativo denominado clásica
figurativa, pintura difícil de realizar, hay que tener una gran cantidad de
conocimientos técnicos. Con 18 años conoció el trabajo de Rembrandt por primera
vez y comprendió enseguida que el camino sería largo, que fracasaría muchas
veces antes de lograr plasmar en un lienzo con maestría lo que quería hacer.
Siempre estuvo muy
interesado en Caravaggio, un pintor que por entonces no era muy conocido, fue a
partir de que en 1968 lo pusiesen en los billetes de 10.000 liras cuando empezó
a ser muy famoso para todo el mundo. Me acusaron de ser un epígono de
Caravaggio. Luego empezó a estudiar también las esculturas griegas, egipcias y,
por supuesto a Rembrandt. Y es curioso porque los historiadores de arte
opinaban que su pintura era muy original, cuando era al revés, nunca había
sido tan poco original, no dejaba de recrear idealmente estas influencias. Lo único personal de verdad es el instinto
hacia otro ser humano, ni Rodin o el Greco eran particularmente originales,
sino que la pasión de su vida se manifiesta en el barro o la pintura.
Odd Nerdrum siempre ha manifestado que le hubiera gustado
haber vivido hace trescientos años, le encantaría haber sido un schildermeister
(pintor de retratos). Un pintor kitsch es alguien que reinterpreta su relación
con el arte, la sociedad, y que siente una gran compasión por la humanidad; sus
obras toman cierta distancia irónica para mostrar al público dobles
significados o distintas lecturas. Los antecedentes serían todos los artistas
que buscaron su propio modo de expresión con independencia de las modas o
corrientes, como Goya, Rembrandt, Caravaggio o Munch. O el gran Velázquez que
si hubiera sido pintor a principios del siglo XX, le denominarían como pintor
kitsch.
Pero el tiempo varía desde unos pocos meses hasta diez años o
más. El pintor nunca acaba del todo un cuadro, solo las máquinas terminan las
cosas. Su proceso de lograr grandes obras es disfrutar de la vida, trabajar y también dormir. Explica el
artista que su proceso de trabajo es
como hablar sobre la circulación
sanguínea, ya que pone en acción todo lo que se le presenta ese instante para
recrear lo que la mente crea.
Su obra se divide en tres grandes ejes: pequeños bodegones,
retratos-autorretratos y grandes pinturas alegóricas.
Estos tres ejes son grandes composiciones narrativas, lo
vacío (void) –el ser humano sin contacto con el planeta tierra–, y cuadros
idílicos –figuras en paisajes de una armonía arcádica–. Todas estas ideas que el artista plantea no pertenecen a los mitos, sino que surgen de
lecturas filosóficas.
Por Víctor Manuel Guzmán Villena
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